miércoles, 20 de agosto de 2008

Primera y DIez

El titulo viene de una explicación de mi padre acerca del fútbol americano, y sin significar más nada que eso, doy el banderazo de arranque a este incipiente blog.

El tema del americano, sólo se liga a la entrada de hoy por el factor deporte. hoy 20//agosto//08 día de la primera de oro para México en beijing. curioso que hoy no sea tan pesado admitir "sí, soy mexicano". En cierta forma, el ascenso en la escala del medallero va ralacionada con la inclinación de cabeza de todos quienes llevamos pendiente de actualizarnos siquiera de los cambios en el medallero en el día al día (algunos más religiosamente que las financieras con sus actualizaciones de la cotización del interbancario jaja). Digo curioso pues incluso con esa preciada y escasa medallita se olvidan en la embriaguez del triunfo (un triunfo) los pendientes nacionales que incluso los meros meros prefieren dejar a lo último... vaya pues con el senado verdad?

No digo que sea desmerecida o que deba pasarse por alto, pues significa una gran hazaña de un mexicano, pero es PRECISAMENTE de UN MEXICANO, que bien ha sabido ubicar un objetivo, y aprovechando las condiciones, lo ha alcanzado. Ahora sólo faltamos 110 millones más en ponernos las pilas y ubicar objetivos, ya que cómo bien indica el maestro Alquimista de Coelho. cuando deseamos algo con real pasión, el universo entero conspira para que lo consigamos.

Y es que si de ejemplo se trata, podemos recurrir a cualquier genio, ganador de nobel, grammy, óscar, pritzker, o cualquier común (no corriente, a menos que de velocistas hablemos) medallista olímpico. Por ejemplo tenemos al chico Phelps, ¿qué acaso no anunciaba por lo bajo y por lo alto su meta de 8 medallas? ahi tienen al universo conspirador de phelps en acción.

Pero, ¿no pudo haber sido Mexicano, por favor el tal phelps, aunque llevara un Sánchez o Rodriguez, Salas, García o lo que fuera de apellido? (Risas de fondo)

Considero que tengo objetivos y ganas de alcanzarlos. ¿Abunda ese sentir en México? (debería, pues mucha falta hace). Si están conmigo, me restan sólo seis palabras:

Va! Universo... ya sabes qué hacer.